Murió mi querido Golf III. Le acababa de arreglar la cremallera de dirección, le había puesto dos neumáticos nuevos detrás y tenía la ITV recién pasada. También le había arreglado el revestimiento del techo interior y le había desmontado casi todo el interior, para cambiarle el radiador de la calefacción. Total, que había invertido mucho tiempo y también bastante dinero para tenerlo otra vez como nuevo.
Volviendo a casa del trabajo por una carretera comarcal, estaba conduciendo muy lento detrás de un tractor. Un conductor que venía detrás de mí y que iba despistado, me impactó con tal fuerza por la parte trasera, que me echó de la carretera. Me pilló totalmente por sorpresa y no pude hacer absolutamente nada. Perdí el control del coche. El Golf giró casi 180 grados e impactó con el guardarraíl con el frontal. El golpe fue tan fuerte, que partió el respaldo de mi sillón y me caí hacia atrás.
Por suerte nadie sufrió daños personales, ni yo ni el chaval del otro coche.
Cuatrocientossetentaycinco Euros
El Golf quedó destrozado por detrás y por delante. El impacto fue tan fuerte que la puerta del conductor ya no cerraba. Se había deformado el habitáculo principal. Se rompió el radiador del aire acondicionado y el radiador del líquido refrigerante. Los dos neumáticos nuevos de atrás se rajaron con la chapa del guardabarros trasero. La luna lateral de la derecha se partió y cuando bajaron el coche de la grúa, también se partió la luna trasera.
El seguro lo declaró siniestro total, como es normal para un coche de esa edad. Le importó un pepino que estuviese en tan buen estado y funcionando perfectamente. Después de pelearme mucho con el seguro, me lo tasaron en 475 miseros Euros. Eso es lo que me dieron por el coche. Al menos me lo pude quedar, porque en principio querían que lo llevase a un desguace. Muy frustrante todo, por decirlo de una forma educada…
